

En una nueva granja, una pata empollaba cinco huevos en un nido. La mamá presentía que sus pollitos tarderían en nacer. Todos eran unos huevos grandes y oscuros, menos uno de ellos que era normal.
Por fin se rompío el huevo normal y aparecio un precioso patito. Unos días más tarde se rompieron los demás huevos, y de ellos salieron cuatro polluelos grandes, algo torpes y bastante feos.
El patito bonito se sentía extraño entre sus hermanos. El era distinto, y todos lo miraban raro. Así que decidio quedarse para ayudar a la familia. Sus hermanos lo querían a pesar de ser distinto y lo protegían porque era el más pequeño e indefenso.
Un día cuando volvio de dar un paseo se encontró con cuatro preciosos cisnes, y se asustó. Corrio a buscar a sus hermanos, pero no los encontraba por ninguna parte. Se quedo mirando fijamente a los cisnes que se reían de él, y entonces se dio cuentra de que esos eran sus hermanos, y todo vivieron felices.
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